Miguel Ángel Gimeno, Marketing & Business Development Director. SCATI
Los ciclos de vida de los productos cada vez son más cortos, las novedades tecnológicas se suceden con mayor velocidad y la pandemia ha acelerado el uso de tecnologías que ya eran incipientes como la termografía, las soluciones para la gestión de aforo y las analíticas relacionadas con el reconocimiento facial.
Si bien algunas de estas aplicaciones parecen una moda pasajera y puede que hayan entrado en una fase de declive de su ciclo de vida, es indudable que el uso de analíticas o inteligencia artificial en la punta (on-the-edge) para generar datos ha venido para quedarse.
Este artículo tiene como objeto recoger las nuevas tecnologías aplicadas en la industria de la seguridad electrónica, y más concretamente en la videovigilancia.
Soluciones de vídeo inteligente. Más allá de la seguridad
La tecnología de IA permite que los operadores se concentren en lo que mejor saben hacer, al eliminar la necesidad de estar supervisando continuamente los monitores y al automatizar la función de “detección” de la vigilancia: verificar y actuar ante incidentes cruciales.
Las herramientas software basadas en IA ayudan a disminuir la cantidad de tiempo dedicado a la vigilancia, permitiendo a los operadores de seguridad ser más eficaces y exitosos en su trabajo.
Pero, quien piense que la IA únicamente tiene su utilidad para alertar de forma temprana de eventos de riesgo o de aumentar la productividad de los operadores de los centros de control, se equivoca.
La incorporación de la IA en los sistemas de vídeo permite que la industria de la videovigilancia se esté transformando e incorpora nuevas analíticas de negocio en sus sistemas, capaces de proporcionar a sus clientes nuevas métricas para integrar en sus cuadros de mando de negocio, ofreciendo un nuevo reto al área de seguridad, que se consolida como un nuevo centro generador de valor para el negocio.
Big Data y Video Business Intelligence (BI). Mejore la toma de decisiones
Los datos se están convirtiendo en el petróleo del siglo XXI. Una materia prima que, cuando se extrae, refina y distribuye, se convierte en la base de la IA (Inteligencia Artificial) y por tanto en el motor de la transformación digital en la era de la IV Revolución Industrial.
Los sistemas de IA, a la vez que alertan, pueden tratar los datos asociados al objeto que originó la alarma alimentando bases de datos en las que se almacenan para su posterior procesado.
Este software de BI ayuda a transformar estos datos en información más fácilmente interpretable, que se puede convertir en informes, cuadros de mando, gráficos y otras versiones que facilitan el análisis.
Gracias a herramientas de Big Data se dota al sistema de una Inteligencia Comercial (Business Intelligence) para que otras áreas o departamentos de la organización puedan realizar un aprovechamiento de esos datos en sus tareas del día a día.
IoT
La fusión de las últimas tecnologías del Internet de las cosas (IoT) para la capturar de datos en la videovigilancia, permitirán que sus sistemas garanticen la seguridad de su instalación, pero además serán una fuente de información fundamental para una toma de decisiones más acertada, más automática, más predecible y accesible para todos.
La irrupción del IoT, la mejora y abaratamiento de la sensórica, las comunicaciones o el uso de dispositivos conectados nos permiten tener acceso a grandes cantidades de datos. En este entorno, cada vez más digitalizado, cada día se generan miles de millones de datos en forma de textos, imágenes o números.
El objetivo, conseguir una total convergencia y dar el salto al siguiente nivel, que nos permitirá la toma de decisiones y actuaciones inmediatas basadas en la IA.
Nube
El extraordinario crecimiento de los datos generados en la videovigilancia ha creado una necesidad imperiosa de almacenar, gestionar y proteger esos datos por diversas razones, ya sea por un corto período de tiempo o, debido a los requisitos de cumplimiento de la empresa y/o de la legislación, por varios años.
Por otro lado, y gracias a un aumento de las velocidades de transmisión de los datos en las redes públicas/privadas y a la eclosión de las soluciones de almacenamiento masivo, ya sean en CPDs propios o contratadas de empresas de almacenamiento en la nube, vamos a ver cómo proliferan las soluciones “aaS” (as a service – como servicio).
No pensemos únicamente en almacenamiento de la información, sino también en la explotación de esa información o en soluciones de IA en las que, en vez de adquirir la licencia, se pague por la cantidad de veces que haces uso de ella.
Sin embargo, antes de lanzarse a soluciones en la nube, es muy importante determinar si las características específicas de su escenario permiten técnicamente y hacen rentable económicamente, la migración de soluciones de grabación local a un sistema en la nube.
La incorporación de la Inteligencia Artificial en los sistemas de videovigilancia en combinación con el Internet de las Cosas (IoT) permite que los sistemas puedan generar datos que, debidamente tratados mediante herramientas de Big Data, puedan transformarse en información valiosa para las áreas de seguridad de una empresa, pero también para que otros departamentos mejoren su toma de decisiones.
La irrupción del IoT, la mejora de las comunicaciones, el uso de dispositivos conectados y el abaratamiento de los sensores nos permitirán tener acceso a una abrumadora cantidad de información que, sólo tendremos capacidad de analizar y procesar gracias al uso de la IA.